DÉFICIT DE ATENCIÓN, ATENCIÓN DISPERSA

Empecemos por definir el tema.

La Educación está enfrentando grandes retos en la actualidad, y uno de ellos tiene que ver con la capacidad de atención y concentración de los estudiantes. Una descompensación en la química del cerebro, particularmente con la dopamina y la noradrenalina (dos neurotransmisores bastante conocidos), produce un trastorno de la conducta que impide que la persona centre la atención en un tema en particular, por el tiempo suficiente como para que pueda aprenderlo. El asunto está en determinar si esa es la causa de la paca capacidad de concentración o es la consecuencia de una experiencia de aprendizaje carente de emociones positivas.

Aun cuando el problema viene creciendo en porcentaje de niños que lo padecen, (se habla de un 5% a un 10% de la población infantil), no hay que exagerar calificando a cada niño inquieto como hiperactivo.

Si un niño hace alguna actividad que requiera atención y concentración por un tiempo considerable, pero en el estudio no lo logra, lo más seguro es que las actividades académicas no estén siendo suficientemente motivadoras. En ese caso sería errado culpar al niño o decir que sufre de déficit de atención. 

La falta de información agrava el problema, por eso aquí se la brindamos para que pueda afrontarlo mejor.

SÍNTOMAS DEL DÉFICIT DE ATENCIÓN

Se han agrupado los síntomas en tres clases:

DISTRACCIÓN:

  • Pareciera que no escuchan lo que se les dice.
  • Se distraen con facilidad.
  • Sus tareas quedan incompletas.
  • Olvidan procedimientos.
  • Dificultades para seguir instrucciones.
  • Eluden actividades que requieran esfuerzo mental sostenido.
  • Pierden elementos implicados en la actividad.
  • Tienen dificultad para organizarse en sus actividades.
  • Muestran poco interés por los temas.
  • Somnolencia frecuente.

HIPERACTIVIDAD:

  • Excesivo movimiento del cuerpo (pies y manos) aun cuando esté en actividades mentales.
  • Va de un lado a otro aun cuando debe estar sentado.
  • Está siempre de afán, se le ve ansioso.
  • Tiene dificultad para trabajar en equipo.
  • Habla excesivamente.
  • Tiende a ser brusco y agresivo.

IMPULSIVIDAD:

  • Contesta antes que terminen de preguntarle.
  • Dificultad para esperar su turno.
  • Interrumpe frecuentemente.
  • Permanentemente se sale de la norma.
  • Tiene explosiones de carácter (pataletas).
  • Poca tolerancia a la frustración.
  • Quiere todo ya.
  • Actúa sin medir consecuencias.

Con atención dispersa los niños se distraen fácilmente por estimulaciones que se dan en el entorno de forma simultánea. Es como tratar de estar pendientes de todo cuanto pasa alrededor de ellos sin perder detalle.

Los niños que presentan estos inconvenientes, cambian frecuentemente de actividad y no logran terminar sus tareas. Se distraen con facilidad y casi siempre distraen al grupo generando indisciplina. Generalmente presentan bajo rendimiento académico sin que eso signifique que no son inteligentes, lo malo es que eso afecta su autoestima. Además, altera negativamente la convivencia con su familia, que tiene que atender las quejas permanentemente.

Aunque muchos optan por diagnosticar y medicar a los niños, mi propuesta está en cambiar las didácticas para hacerlas más entretenidas y acorde a las expectativas emocionales de los niños.

Para citar un ejemplo concreto, hemos logrado que muchos niños que, por su condición de tener poca capacidad de concentración, no logran aprender a leer, al cambiar la metodología y usar el juego como eje central del proceso logran aprender la lectura de una manera más cómoda.

MI POSICIÓN
Sin negar la influencia genética, creo que hay suficiente evidencia para tener en cuenta al ambiente como un condicionante de la conducta. Como dice Mario Alonso Puig, «La incapacidad también se aprende». Yo creo que los problemas de atención y concentración se aprenden.
Nacemos con un potencial de aprendizaje muy grande que nos hace una especie con una alta capacidad de adaptación. Para esto es necesario que el desarrollo del cerebro al nacer no sea tan alto y más bien se desarrolle al interactuar con el ambiente. Si los estímulos que interconectan al cerebro formando circuitos, llegan en forma desordenada, el cerebro aprende el desorden como una forma de conducta natural.

¿A qué le podríamos llamar estímulos desordenados?

Estímulos simultáneos que no tienen relación entre sí.
Estímulos interrumpidos demasiado pronto por otros estímulos.
Estímulos cargados de emociones negativas.
Ausencia de estímulos.
No podemos sembrar maíz y esperan una cosecha de papa. Si al cerebro lo estimulamos con desorden, es iluso esperar que funcione con orden.
Por eso mi primer abordaje sobre el asunto, es que hay que enseñar a los niños a concentrarse. De forma preventiva debemos organizar el ambiente para que los niños reciban una estimulación sana y adecuada.
Hay otros detonadores de la perdida de la atención. Miremos estos planteamientos.
Cuando un niño pierde su estabilidad emocional, sufre el secuestro de la amígdala y se enfoca en su problema. En ese momento no atenderá de manera consciente a estímulos como la clase escolar. En ese caso, hay que atender su necesidad emocional primero que todo.
También se ha relacionado la perdida de la atención con la sensación de no sentirse amado, de no ser reconocido. Es una necesidad inherente a la condición humana y su ausencia hace que el cerebro arme mecanismos de compensación para la búsqueda de reconocimiento y amor. Hacer cosas que perturben a los demás para captar su atención. En este caso, no importa si la conducta es la esperada o no, lo que importa es el objetivo cumplido, lograr que no me ignoren más.
¿Cómo ayudo a mi hijo a mejorar la atención y concentración?
Generar un ambiente ordenado en el que crezcan los niños. En este caso, los adultos han de practicar ser ordenados.
Focalícese. Una cosa a la vez y hecha con excelencia, poniendo toda la atención en ella.
Entrenar en los niños la atención y concentración en sus actividades. Esto se puede lograr con las actividades que el niño disfruta y que además son productivas. No las interrumpa y más bien explore en ellas haciéndole preguntas al niño sobre lo que está haciendo.
Aumentar el reconocimiento por la conducta acertada del niño y hacerle sentirse amado.
Prestarle atención, escucharlo y mirarlo a los ojos cuando le hablamos, da al niño la sensación de que existe y que nos importa. Esa sensación le da tranquilidad y seguridad.

Crear la cultura de la atención y concentración. Hablando de la importancia y de los beneficios que trae a nuestras vidas el aprender a hacer las cosas con atención y concentración.
Si es un adulto y sirve de modelo a otros (hijos o estudiantes), trate de disfrutar plenamente cada cosa que haga. Eso lo logra fácilmente si pone toda su atención y concentración en ello.
Todas las cosas tienen su parte interesante, es cuestión de buscarla.

ACCEDE GRATIS A UNA CONFERENCIA EN NUESTRO CANAL DE YOUTUBE SOBRE DÉFICIT DE ATENCIÓN

ESTE PROGRAMA ES IDEAL PARA NIÑOS CON POCA CAPACIDAD DE ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN.

La lectura es la base fundamental del éxito académico. Los niños con estas patologías de comportamiento tienden a trabajar mejor a su propio ritmo. Una buena fundamentación en lectura permite que estos niños rindan mejor en todas las áreas.

¿POR QUÉ FUNCIONA?

  • El aprendizaje es significativo, esto permite activar la memoria.
  • Las prácticas son rápidas y se terminan antes que los niños se dispersen.
  • Los niños se sienten motivados porque aprenden muy rápido.
  • Desde el comienzo comprenden lo que están leyendo. Este programa no da lugar ni al silabeo, ni al deletreo.